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Si tienes un perro en casa, ya lo sabes: tĂș no eres su humano… eres su asistente personal de mimos, comida y paseos.
Cada vez que intentas sentarte a leer, él se acerca con esa mirada
que dice: “¿Y mi snack? ¿No ibas a frotarme la barriga? ¿QuiĂ©n eres
tĂș?”.
No te preocupes, no es casualidad: aquĂ te
explico con humor por quĂ© tu perro actĂșa como si fueras su criado,
y cĂłmo sobrevivir a esta relaciĂłn sin perder la cordura.
đŸ 1. Porque Ă©l es el jefe… y lo sabe
Los perros viven en un sistema jerĂĄrquico.
Para ellos, el que da comida y cariño es un aliado, y tĂș… eres su empleado de
confianza.
BĂĄsicamente, tĂș eres su asistente personal, su mayordomo y, a veces, su chef gourmet. Todo al mismo tiempo.
đĄ ¿QuĂ© puedes hacer?: establece rutinas claras de alimentaciĂłn y paseos. Esto le da seguridad y reduce exigencias intempestivas.
đ 2. La mirada de “jefe supremo”
Ese perro que te mira mientras abres la
puerta y luego decide caminar delante de ti, porque claramente tĂș no
sabes a dĂłnde vas.
Es como si tu perro fuera CEO de una multinacional y tĂș solo el becario que trae cafĂ© y aprieta botones.
đĄ ¿QuĂ© puedes hacer?: refuerza la obediencia bĂĄsica con premios y juegos.
đ️ 3. Los ladridos (o gemidos) estratĂ©gicos
Si tu perro te ladra para que le abras la
puerta o traigas su juguete favorito, no es casualidad: ha aprendido que llamar
la atenciĂłn funciona.
A veces parece que tu perro tiene un MBA en manipulaciĂłn emocional… y tĂș estĂĄs cursando preescolar en obediencia canina.
đĄ ¿QuĂ© puedes hacer?: ignora comportamientos insistentes y premia la calma.
✨ 4.
La “sesiĂłn de masaje express” obligatoria
No importa si estĂĄs ocupado. Tu perro
decidirĂĄ que tu regazo es su spa personal, y que frotarle la panza es tu
obligaciĂłn legal.
Resumiendo: tu perro cree que tu propĂłsito en la vida es solo frotarle la barriga y suspirar admirando su perfecciĂłn peluda.
đĄ ¿QuĂ© puedes hacer?: dedica tiempo diario a caricias y juego; asĂ tu perro estarĂĄ mĂĄs tranquilo y menos “exigente” durante el dĂa.
đȘ️ 5. Cuando quiere salir, es urgente… siempre
Ese momento en que tu perro te mira, te
empuja con la nariz y se planta frente a la puerta. SegĂșn Ă©l, el mundo
no puede esperar mĂĄs.
ActĂșas como si fueras su chĂłfer particular y estuvieras constantemente a disposiciĂłn del “Señor Peludo”.
đĄ ¿QuĂ© puedes hacer?: establece horarios fijos de paseo para reducir las demandas inesperadas.
đ¶ 6. ConclusiĂłn pelunĂĄtica: aceptar tu rol con
humor
SĂ, tu perro cree que eres su criado, y la
verdad… ¡tiene razĂłn en algunos casos! Pero la clave estĂĄ en establecer
lĂmites claros, rutinas y, sobre todo, reĂrte de la locura diaria que
implica tener un peludo en casa.
Porque ser PelunĂĄtico no es solo limpiar pelos y abrir puertas, es sobrevivir con estilo y carcajadas, mientras tu perro disfruta su trono felpudo… y tĂș aprendes a disfrutar tu rol de “criado con honor”.

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